Las mujeres de nuestra familia

Las mujeres de nuestra familia comenzaron a dar las primeras puntadas de nuestra historia hace casi un siglo. Los hilos las unían casi tanto como la sangre y la pasión por la costura se hizo hereditaria.

Mis primeros recuerdos nacen entre telas, costureros y agujas, sentada entre mi madre, mis abuelas y mi bisabuela, mientras ellas cosían o hacían ganchillo y yo aprendía con su ejemplo y sus relatos. Entre mis preferidos, siempre estará el de una de mis abuelas, que en su juventud enseñaba a bordar a las chicas de su pueblo.

Las máquinas de coser

De ella conservamos sus máquinas de coser, algunas de sus labores y esta tradición familiar que me inculcaron desde niña.

En esos ratos con ellas, aprendí a hacer punto de cruz, deshilado y algún bordado, y con 14 años empecé las clases de corte y confección. Desde entonces, han pasado pocos días en los que no haya tocado la aguja, aunque solo fuera para dar una puntada a mano. Hoy puedo decir que han sido muchas y variadas, desde diseños a medida hasta arreglos de todo tipo de prendas para distintas tiendas de ropa.

La costura y la confección

La costura y la confección se convirtieron en mi trabajo, pero también encuentro en ellas mis momentos de distensión, ocio y terapia. En mi casa me aseguré siempre de convertir alguna habitación en mi pequeño taller. Un paraíso de telas, texturas, hilos de colores, botones, cremalleras, revistas de moda y, por supuesto, máquina de coser, alfileres y agujas. En ese cuarto he encontrado una felicidad difícil de explicar y he disfrutado diseñando mi propia ropa, desde abrigos de diario hasta prendas de fiesta, y también con los disfraces y complementos de mis hijos. No había ninguna función de fin de curso que se me resistiera, por muy difícil, original o abstracta que fuera la vestimenta.

Mi propósito

En todos estos años, con el recuerdo y el ejemplo de mis antepasadas, mi propósito siempre ha sido superarme y seguir aprendiendo. Además, puedo decir con orgullo que las nuevas generaciones de la familia también disfrutan entre patrones y agujas, y ahora cuento en este proyecto con la ayuda de mi hija, estudiante de Diseño de Moda.

Cada una tenemos un estilo propio pero compartimos esta herencia familiar, el esmero en la forma de trabajar y la satisfacción del trabajo bien hecho. Ella aporta sus ideas, sus conocimientos en redes sociales, en nuevas tecnologías y en tendencias de moda. Yo pongo mi formación y mis más de 35 años de experiencia.

Las dos damos vida a “Puntada a mano” y además de madre e hija, somos socias en este proyecto que refleja el amor de nuestra familia por la costura.

Nuestros Valores

Confección artesanal

Realizados a mano en España, con técnicas tradicionales de corte y confección.

Calidad

Búsqueda de los mejores materiales, remates perfeccionados en todas las prendas y accesorios.

Exclusividad

Realizamos pocas unidades de cada artículo para asegurarnos de que te puedas sentir unic@ con tu producto de Puntada a Mano. Además, muchos de nuestros productos son únicos.

Originalidad

Diseños propios y originales, creados desde “0”.

Slow fashion / Sostenibilidad

Procesos de fabricación respetando al planeta, a los trabajadores… Sin contaminación ni explotación.

Detallismo

Cuidado de todos los detalles, desde el diseño, elección de tejidos hasta el packaging y envío.